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17 de agosto de 2023

WHATSAPP A SAN MARTÍN

En mi nerviosa curiosidad histórica que siempre me caracterizó, habitualmente tuve la fantasía de poder tener alguna charla o entrevista con los grandes referentes de la historia universal. Muchas veces me imaginé qué cosas le preguntaría a Güemes o a Fidel Castro y hasta tratar de acercarlos más allá de la evidencia histórica que vinculaba el pensamiento de ambos. También hubo veces que fantaseaba con acercarme a algún político o figura de la actualidad para poder plantearles propuestas, como si fuese una obligación de ellos obedecerme.

En esa oportunidad, me introduzco en una ficción de escribirle un WhatsApp a San Martín. Como si fuese un amigo o un hermano mayor, le cuento un poco lo que está pasando en su patria y espero poder descargar con él las realidades que nos aquejan.

Hola San Martín! Cómo estás?

 

Te escribo para contarte un poco cómo está la cosa por acá. Quizás me podés ayudar a saber cómo se supera esto.

 

No te cagués de odio, pero parece ser que todos acá se olvidaron lo que costó la revolución durante tus días. Obviamente nadie se acuerda de lo desgastante que fueron las batallas y las independencias de Argentina, Chile y Perú, más las que lograron tus amigos Simón y Antonio. ¿Te acordás que te fuiste muerto de bronca a Francia, luego que las oligarquías vernáculas de las provincias estaban socavando internamente tu Plan Continental?

 

Seguro te enteraste por  Simón lo que renegó con el tema de la intromisión Norteamericana en los asuntos de Sudamérica y la Doctrina Monroe.

 

Bueno, desde ese momento a la fecha, te puedo asegurar que las dichas fueron efímeras.

 

A pesar de las luchas intestinas, se logró conformar un país independiente con una Constitución Nacional y una mirada federalista, por lo menos en los papeles. Sin embargo, las ideas extranjerizantes ocuparon la agenda. Te fuiste enojado con Rivadavia por lo de la Baring Brothers. Bueno, lo vas a querer matar a Mitre cuando te cuente lo que hizo con el Paraguay de tu amigo Francia (jaja joda, ya sé que te hizo renegar ese tipo también), pero no se merecían sus sucesores lo que Inglaterra le mandó a hacer a Mitre y Sarmiento contra la población hermana de Paraguay. De ahí en adelante, todo en Argentina fue obedecer órdenes extranjeras a cambio de préstamos de dinero que nos iban introduciendo a un círculo vicioso de dependencia económica del cual solamente pudimos salir en un breve periodo entre 1945 y 1955. A los ingleses les dimos los trenes, la pampa, los frigoríficos y dejamos que se nos metan en las Islas Malvinas. A cambio nos dieron deudas con sus bancas y una Torre con un reloj en la plaza de Retiro.

 

Pero quien más metió las narices fueron los Norteamericanos. Ya sé que los admirabas ideológicamente. A ver, todos pensábamos que vos ibas a ser el Washington de América del Sur, pero los planes de ellos eran otros. Nos incluían solamente desde un lugar de genuflexión. Y en los breves periodos de la historia nacional en la que nos negamos a eso, nos costó sangre, muertes y pérdida del sentimiento nacionalista que tanto te costó forjar San Martín.

 

Vuelvo a tus amigos del norte. Su política internacional para con Latinoamérica fue el control geopolítico del continente a través de acuerdos imperialistas (así como el que enfrentaste vos con las armas) donde siempre nos tocaba perder, pero los gobernantes de turno, con una mirada inmediata, pero obediente, aceptaban sumisamente. Tuvimos durante el Siglo XX seis dictaduras San Martín, cuatro de ellas dirigidas directamente desde la Embajada Norteamericana. La última, de 1976, fue la que profundizó la dependencia económica con Estados Unidos a través de leyes y políticas de Estado que hasta la fecha no se modificaron. Así como en tu época con el sistema monopólico borbón, lo mismo sucede acá.

 

Luego de este último gobierno de facto, marcado además por el Terrorismo de Estado, se sucedieron una serie de gobiernos neoliberales. Para actualizarte un poco, el neoliberalismo es una innovación sutil que quisieron imponer las escuelas de la economía del libre mercado, para justificar su falsa teoría del derrame económico. Lamentablemente esta política socio-económica, tuvo graves efectos en los países que solían ser colonia que vos y tus amigos liberaron. Si vos te quejabas de la dependencia de la Corona Española, esto creo que es peor, porque somos dependientes sin tener un virrey poniéndonos el ojo. Sino que tenemos como colonizadores una serie de empresarios, financieros, buitres de la economía, accionistas y capitalistas que, al no ser reconocidos públicamente, no les llegan los efectos de las miserias y la gente descarga sus broncas sobre otras cosas. Dejame que vuelva al neoliberalismo: socialmente, esta doctrina expresa la mayor miseria del ser humano que es el individualismo extremo, ya que está condicionado a subsistir en un ambiente hostil donde la consigna es “sálvese quien pueda”.

 

Feo por donde lo mirés San Martín.

 

Y acá sigo yo descargándome. En el año 2001, la implementación de estas políticas liberales llevó a niveles altísimos de pobreza extrema, desempleo, inseguridad, entre otras vulnerabilidades sociales. Si bien los gobernantes de turno salieron por los aires (literal José, después te paso una foto de un presidente saliendo en helicóptero de la Real Fortaleza de San Juan Baltasar de Austria, a la cual ahora le decimos Casa Rosada), las leyes para favorecer a los financistas, al desguace de las instituciones públicas y al recorte del Estado, siguieron vigentes; nadie se animó a cambiarlas, a lo sumo hubo una pequeña redistribución del ingreso para calmar las masas, pero nadie modificó la matriz económica del Estado argentino que sigue siendo neoliberal.

 

Al no tener una nueva visión económica de país, las leyes naturales de la economía de mercado fluyeron y volvieron a llevar al país a un estancamiento económico. Pero fue para peor, porque ahora tenemos como candidatos a presidentes, dos personas nefastas. Un falso profeta, que enamora a las masas con discursos de odio y de fetichismo monetario, y a un engendro político con capacidades de mutar entre partidos e ideologías sin que le de vergüenza. Los dos prometen abiertamente que van a tener relaciones carnales con Estados Unidos y te imaginarás que posición nos toca en ese coito financiero. Sin embargo la gente está estupidizada con un cuento de hadas que se creyeron porque ahora van a tener dólares americanos en sus, siempre pobres, billeteras.

 

Ya sé, ya sé, me vas a sacar cagando. Me vas a decir, cómo puede ser que dejemos crecer monstruos así. O cómo podemos ser tan arrebatados de no darnos cuenta. También te vas a enojar porque pensarás que todo lo que hiciste fue en vano.

 

Pero te puedo asegurar que no, por eso estoy acá, no solamente descargándome, sino tratando de tomar tu ejemplo para afrontar y enfrentar a los tiempos que vienen.

 

Pienso en vos y me imagino huestes de gauchos de las estancias de los terratenientes, indígenas, soñadores y convencidos que el camino era la revolución. Ustedes fueron pocos en un principio también. Y hoy somos nosotros los menos los que, por un lado no caeremos en las estafas de un falso profeta (porque tenemos afortunadamente la experiencia de haber vivido lo mismo décadas atrás) y, por el otro, no dejaremos que nos avallasen, que nos atropellen y que defenderemos hasta el final la patria que vos nos delegaste.

 

Tu ejemplo, tus virtudes, tu espíritu y tu convicción de luchar por la independencia son suficiente horizonte para saber que, aun en los momentos más oscuros, hay una ventana de luz por la que podemos mirar para no estropear nuestro futuro en la historia.

 

¡Gracias San Martín! Definitivamente hablar con vos me da fuerzas para pasar el trago amargo y seguir esperanzado que el futuro puede ser mejor.

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