Lunes 20 de Mayo de 2024

EFEMÉRIDES NECESARIAS

17 de junio de 2023

GÜEMES Y LA GUERRILLA

En el aniversario de su asesinato en manos de los españoles, recordamos a Martín Miguel de Güemes como figura militar y por su capacidad de planificar y desarrollar un grupo armado irregular, conformado por gauchos, que soñaban con la independencia y lograron detener el avance español.

Martín Miguel como militar

 

La carrera militar de Güemes comienza a su muy temprana edad de catorce años, cuando se suma al Regimiento Fijo de Infantería de Buenos Aires. Siete años después, combate durante las Invasiones Inglesas al Río de la Plata y tiene una destacada actuación al dirigir un grupo de caballería hacia el Justine, un barco inglés que logra capturar. Combate también durante las Invasiones Inglesas del año siguiente (1807), pero cae enfermo y recibe la noticia del fallecimiento de su padre, por lo que solicita regresar a Salta, haciéndolo con el grado de teniente.

Al poco tiempo, se produce la Revolución de Mayo y el Primer Triunvirato envía tropas a defender los territorios de las Provincias Unidas del Río de la Plata ante el inminente avance de los realistas asentados en el Virreinato del Alto Perú y los contrarrevolucionarios internos. Güemes es puesto a cargo de un escuadrón en la Quebrada de Humahuaca, donde ya empieza a desarrollar técnicas de guerra de guerrilla o desgaste al enemigo, principalmente bloqueándoles comunicaciones. Posteriormente, tiene una notoria actuación en la Batalla de Suipacha, en Potosí, y es ascendido a capitán. Continuó defendiendo la zona de la Humahuaca, envió tropas a las yungas jujeñas y terminó recuperando la ciudad de Tarija en el año 1812.

Luego de un periodo relegado en Buenos Aires, por órdenes de Manuel Belgrano, retorna a Salta para reincorporarse a la vanguardia del Ejército del Norte. Es promovido a teniente coronel por José de San Martín y queda a cargo de diferentes escuadrones desplegados por el Río Juramento, el Valle de Lerma y luego, avanza hacia el norte hasta salir victorioso en la Batalla del Puesto del Marqués, en Yavi, actual provincia de Jujuy.

En este contexto, y harto con el gobierno conservador del cabildo salteño, aprovecha para ser elegido gobernador de Salta y acomodar la defensa del norte desde otra posición, con la posibilidad de contar con más recursos. Este desplazamiento del gobierno a los contrarrevolucionarios le significó a Güemes muchos enemigos locales y del Directorio Supremo, quienes veían con desconfianza el poder que estaba construyendo el gaucho.

Desde Buenos Aires envían a Domingo French a apoyar las tropas de José Rondeau en el Alto Perú, con la orden de derrocar a Güemes al pasar por Salta, pero las guerrillas gauchas logran frenarlo y French tuvo que reconocer al nuevo gobernador salteño. Lo mismo ocurrió con Rondeau, que volviendo derrotado de Viluma, intenta cercar a la ciudad de Salta, pero la resistencia güemesiana lo combate y este también se ve obligado a reconocer el poder de Güemes al firmar el Pacto de los Cerrillos. Que se entienda que las personas que venían a quitarle el poder no eran realistas, sino contrarrevolucionarios.

En 1817, San Martín emprende el Cruce de los Andes para poder ingresar a Lima, capital del Virreinato del Perú. Para esto, entiende que es necesario tener a las tropas realistas distraídas con el avance sobre las Provincias Unidas del Sur, y nombra a Martín Miguel de Güemes como General del Ejército de Observación, para que este le pueda cubrir la retaguardia, continúe defendiendo los territorios del norte del país, mientras San Martín avanzaba a Perú desde Chile. El papel de los gauchos guerrilleros en la defensa del territorio fue fundamental para la Guerra por la Independencia. Ambos estrategas militares planificaron esta operación continental, que resultó victoriosa y fue decisiva para la Independencia de Argentina y de Latinoamérica en general.

              Güemes, no solamente había brindado derechos a los gauchos, sino que además era un acérrimo defensor de la Independencia. Las familias conservadoras salteñas (las mismas de ahora), estaban cansadas del revolucionario y de cómo este les obligaba a pagar impuestos para la manutención de las tropas. Esta clase dirigente, igual de entreguista que ahora, pacta con el general español Pedro Antonio Olañeta para dejarlo ingresar y ocupar el gobierno de Salta, aprovechando un periodo de ausencia de Güemes en la ciudad. El General llega antes que Olañeta y retoma el control de la ciudad, pero comete un grave error: perdona a las clases altas salteñas por el intento de derrocamiento. Estas dejan ingresar al general español, que envía por un camino alterno a un tal José María Valdés, un valenciano delincuente que toma la ciudad, Güemes sale a enfrentarlo y es herido por un disparo. Logra escapar y se refugia en una hacienda. Le envían dos oficiales realistas para ofrecerle un traslado a Buenos Aires para tratar sus heridas, con la condición de ordenar la retirada de sus tropas y la rendición ante los españoles. Güemes no negocia, convoca inmediatamente a sus gauchos y los hace prometer que jamás se rendirán ante el enemigo. Muere días después, el 17 de junio de 1821. Martín Miguel de Güemes es el único General argentino caído en combate.

 

La guerra de guerrillas

 

Todas las intervenciones militares lideradas por Güemes desde la Revolución de Mayo, hasta su muerte, nunca tuvieron el apoyo formal de los sucesivos primeros gobiernos de Buenos Aires, ni de los gobiernos locales (altamente conservadores y en contra del proceso emancipatorio de la Monarquía Española). Tampoco contó con la disposición de recursos financieros o materiales para organizarse. En estas condiciones, Martín Miguel organizó una milicia irregular que, al impregnarse del espíritu independentista, consiguió buenos resultados bélicos. Las características de esta milicia fueron las siguientes:

 

  • Nombre irónico: Los “Gauchos de Güemes” adoptaron de manera cómica esta denominación, ya que, en la época de la colonia, la palabra <gaucho>, era utilizada de manera despectiva por los terratenientes para referirse al peón de campo como un holgazán y pobretón. Los soldados, entendían que defender la independencia era algo que aborrecía el patrón, por eso, le quitan la connotación negativa a la palabra y orgullosamente se identifican como los gauchos: independentistas y revolucionarios.
  • Nombre de proeza: Con el paso del tiempo y, a medida que crecían las tropas güemesianas, estas adoptaron el nombre de <Infernales>, también como una manera de fortalecer la moral de los combatientes. Generalmente, las guerrillas, al ser ejércitos irregulares, adoptan nombres distintivos, que denotan hazaña, diferenciación o exclusividad que se fueron construyendo con las victorias: partisanos, senderistas, sandinistas, zapatistas.
  • Disciplina: Por lo general, se les atribuye a las guerrillas la falta de disciplina, aunque esto hace referencia a la falta de instrucción militar. En la práctica, los gauchos tuvieron su estructura de organización, cadena de mando y toma de decisiones. Estaban organizados en grupos de veinte hombres, al mando de un oficial, que a su vez conformaban un grupo de cuatro escuadrones dirigidos por un oficial superior, altamente capacitado. Una estructura similar adoptaría Fidel Castro al dirigir las tropas revolucionarias en Cuba.
  • Uniforme: Al carecer de recursos para la compra o equipamiento de indumentaria militar, los gauchos no tenían uniforme, lo cual presentaba una cierta ventaja en los combates. Pero lo que les dio identidad fue el poncho rojo, que se convirtió en un emblema nacional con el paso del tiempo.
  • Liderazgo: Siempre se habla del heroísmo de estas tropas irregulares que, al estar mal entrenadas y sin recursos, logran vencer a un ejército formal, pero lo cierto es que están organizadas y se caracterizan por un liderazgo fuerte, en este caso, el de Martín Miguel de Güemes. Los liderazgos de estas topas irregulares son fundamentales para transmitir los sentimientos de la lucha por algo justo y la capacidad de empatizar con los subordinados y no de simplemente darles órdenes.
  • Participación de la población: Como dije, los reclutados por Güemes fueron los gauchos, los peones de las estancias. Sin embargo, la participación del resto de la población es fundamental. En el caso de la guerra gaucha, las mujeres, las niñas y los niños, cumplieron funciones de espías o mensajeros. Por otro lado, cuando los realistas ocupaban una localidad, los habitantes abandonaban sus hogares, llevándose todo lo que podía ser útil para el enemigo, como ser, alimentos, animales, herramientas, entre otras cosas.
  • Lealtad: No solamente que Manuel Belgrano ya había confeccionado una bandera nacional y le hizo jurar lealtad al Ejército del Norte a este emblema, sino que además, Güemes construyó lealtad, en base a los decretos que pudo realizar mientras fue gobernador. Los gauchos que se alistaban en su milicia adquirían el fuero militar, se convertían en propietarios de su parcela de tierra para el cultivo o ganado y se aseguraban la propiedad de su rancho o vivienda en la que estuviesen alojados al momento de su ingreso a las tropas.
  • Armamento: Por un lado, se utilizaron los facones, machetes y las herramientas de los propios gauchos, por el otro, se abastecieron con lo incautado al enemigo.
  • Tácticas militares: Como se sabe, la guerra de desgaste fue el pilar de la resistencia güemesiana contra las tropas españolas en el norte de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Algunas de las técnicas utilizadas fueron las siguientes:
    • Emboscadas seguidas de una inmediata retirada.
    • Ataques nocturnos.
    • Aprovechamiento del conocimiento del terreno.
    • Ataques al enemigo en posiciones desventajosas.
    • Hurto de provisiones y destrucción de los recursos del enemigo.
  • Recursos: Ni los Triunviratos ni el Directorio Supremo, le brindaron apoyo económico a Güemes o al Ejército de Norte. Por esto, el General tomó medidas estrictas de gestión de recursos para financiar las tropas y la independencia. Como dije antes, una de las principales prácticas fue obligar a los terratenientes a pagar impuestos para la guerra.

 

Unos ocho mil guerrilleros participaron de la defensa del territorio nacional independizado en Tucumán en 1816, apoyando además al Ejército del Norte y al Ejército de Tarija en las batallas contra los españoles. Martín Miguel de Güemes contó además con una especie de cúpula militar conformada por José Ignacio Gorriti, Pablo Latorre, Manuel Arias, Abraham González, Luis Burela, Eustaquio Medina y José Feliciano Fernández.

Con esto, no solamente se empodera la figura y capacidad militar de Martín Miguel de Güemes, sino que podemos ubicar en la historia (y en la justicia de esta), a los Gauchos de Güemes como una guerrilla victoriosa y revolucionaria, a la par de otras tropas irregulares victoriosas y revolucionarias, como ser los partisanos comunistas italianos o yugoslavos, los revolucionarios cubanos, chinos o vietnamitas, los sandinistas, los congoleses de Kabila o tantas otras experiencias libertadoras.

 

 

 

 

 

 

 

FERNANDO BARBARÁN

Columnista en Radio Novgorod

[email protected]

3875206852

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